¿De qué manera una ameba Sees y responde?
Las amebas son heterótrofos; que reciben la nutrición que necesitan al devorar otros organismos. Puesto que pueden moverse en busca de sus presas, que necesitan maneras de percibir su entorno y localizar otros microbios para comer. Mientras que no "ven" en la misma forma en que lo hace, que utilizan otras señales para ayudarles a encontrar su camino alrededor.
Fototaxis y quimiotaxis
El movimiento en respuesta a la luz se llama fototaxis. A bajas intensidades de luz, normalmente solitaria amebas se mueven hacia la fuente de luz, mientras que, a intensidades más altas, migran fuera de ella. Otro proceso algo mejor entendida es quimiotaxis, donde la ameba hacia una creciente concentración de un producto químico que atrae. Dictyostelium discoideum, por ejemplo, es atraído por moléculas secretadas por algunas bacterias, y también es atraído a concentraciones crecientes de una molécula llamada AMP o cAMP cíclico.
Movimiento
amebas rastreo a lo largo de las superficies mediante la formación y fluye en extensiones llamadas seudópodos. En el extremo posterior de la célula, los filamentos forman a partir de una proteína llamada actina interactúan con una proteína llamada miosina motor, haciendo que se contraigan. Mientras tanto, en la seudópodo, la red de actina se ha debilitado; el contenido de la celda de flujo en el seudópodo, que sale hacia el exterior en la dirección del movimiento.
Atracción
Cuando una ameba se encuentra con un producto químico que atrae, el quimioatrayente se une a los receptores en la superficie de la ameba. El receptor entonces activa una proteína llamada una proteína G, que activa una proteína llamada PLC. El PLC modifica otras moléculas para crear mensajeros de corta duración que se activarán otras vías necesarias para el movimiento por la célula.
otros estímulos
En ciertas condiciones desfavorables como períodos de sequía, las amebas se cerrarán y formar una capa protectora duradera llamado quiste. Esta capacidad es importante en entornos como el suelo, donde la humedad es abundante veces y, a veces escasa. También responden al calor, el frío o el tacto al alejarse. Estas respuestas, al igual que la capacidad de moverse hacia el aumento de las concentraciones de moléculas secretadas por las bacterias, ayudan a las amebas sobrevivir las condiciones cambiantes.